Aunque la decisión estaba tomada, pregunté uno a uno, si aceptaban tener un niño discapacitado psíquico en el Hogar Nazaret. A pesar de exagerar en el trabajo añadido que tendrían que asumir, todos aceptaron.
Y llegó Axel gritando, retorciendo manos, brazos, piernas. No se amedrantaron los niños, le acogieron con entusiasmo.
Ellos le han enseñado a andar, y casi camina con normalidad. Cada vez pronuncia mejor y escribe su nombre. El objetivo es que sea lo más independiente posible.
Sueña con ser Spider-Man. Nos ha sorprendido, que como el afirma, es cierto que tiene super-poderes. Su corazón limpio derrocha amor, percibe los problemas mejor que cualquiera y los transforma en pequeñeces. Con una aparente fragilidad, su sonrisa continua desarma a cualquiera.
No hay niños especiales, sino niños que tienen una necesidad especial de ser amados. Ha pasado un mes desde aquel día… Mañana es su cumpleaños, quisiéramos estar a su altura y amar con un corazón tan puro.
Axel es nuestro Axel, nuestro tesoro, el súper héroe del Hogar Nazaret.