Sigo siendo apasionado, muchas veces incomprendido…
Consciente que venir aquí a la Selva del Amazonas y dejar la Academia de Oficiales, de mi querida Guardia Civil, no lo pude razonar, a algunos molestó mi partida, ni siquiera yo entendí lo que me decía el corazón.

Pido perdón. Era lo que venía considerando desde hace años. No pude decir que no al Amor. Aquellos que estáis enamorados, sabéis que el amor te atrapa y acorrala. No deja opción.

Hacer locuras por amor, es lo que da sentido a una vida, y veo al Amor en los más pobres. Reconozco su rostro, en medio del sufrimiento, en las puertas del infierno, rescatando niños abandonados.

Cuando amas hasta que te duele, ya no hay dolor sino amor. No hay corazón más entero que el quebrantado ante Dios.

Solo Dios me hace feliz, solo a Él busco agradar y solo su opinión me importa.
Cómo explicar el gozo de dar el biberón a María, mi princesa, o limpiar el trasero de Iván, llorar con Wilfredo…

¡Tengo la suerte de besar cada día, cientos de veces, el mismo rostro del Señor! Coger en brazos, arropar a mi Niño Dios cada noche, contarles el mismo cuento antes de dormir. Defender los derechos que les fueron arrancados, compartiendo la suerte de los más pobres.

¡Enamorado! Lejos de Patria, familia, amigos, Guardia Civil…
Y así, que nadie se ofenda, así es como me quería Dios, solo para Él, así soy feliz.

Confieso que estoy enamorado de Dios.